Mordedura de perro, un problema de salud pública

Con demasiada frecuencia, los humanos olvidamos que los perros tienen estados de ánimo y su lenguaje. Y si no hay animales profundamente malvados, los accidentes, a veces fatales, ocurren debido a una mala interpretación de las señales que nos envían …

«Las picaduras caninas hoy representan un triple problema» , recuerda Chantal Hazard, especialista en comportamiento canino y orador en Mediación Animal. Primero económico ya que si la picadura representa el 1.9% de los accidentes domésticos, Un estudio francés (Lavaud et al 2003) ha demostrado eso 22,000 casos requirieron hospitalización ; psicológico desde entonces según un informe del Instituto de Salud Watch que data de 2010, El 60% de las picaduras estaban en la cara ; y finalmente social, desde las heridas y el miedo que causan socavar la armonía de la relación hombre-animal.

No hay raza más agresiva que otra

La picadura también daña a algunas razas más que a otras. A menudo en la mira de los medios, los llamados perros «peligrosos» como los Pitbulls y los Rottweilers. Si bien algunos de ellos ya han herido y muerto, no están solos y siguen siendo los más preocupados a pesar de todo. No debemos perder de vista el hecho de que una raza no es más peligrosa que otra y que el perro, por su condición de depredador, sigue siendo una especie potencialmente peligrosa y qué importa su tamaño.

Además, las carreras más involucradas en los casos de picaduras son actualmente Labrador, el Pastor Alemán y el Jack Russel, carreras que se encuentran entre las favoritas de los franceses. Pero más allá de eso, es su condicionamiento lo que hace que un animal sea un ser «peligroso».

Educar al perro … y el humano también !

Además, para evitar accidentes, es aconsejable educar al animal desde una edad temprana , socializarlo y enseñarle de inmediato las «buenas» actitudes que debe tener en la sociedad para permitir sostenibilidad de la imagen del «perro ciudadano». Sin embargo, esto no es suficiente. También depende de nosotros recordar que más allá de su dimensión doméstica, el animal es un ser vivo con su estado de ánimo , sus preferencias y sus dificultades. Por lo tanto, depende de nosotros saber cómo estar atento a sus necesidades, a todos los mensajes que nos envía a través de sus gestos, sus expresiones faciales y otros gruñidos pero también, educar a las generaciones futuras para que entiendan que él tampoco es un juguete de peluche.

Si un perro no es directamente responsable de sus acciones, tampoco lo es un niño. Es por eso que debemos enseñarles desde una edad temprana que la «sonrisa» del perro no siempre es algo bueno cuando gruñe o mantiene las orejas erguidas, que lo abrazan para prodigarle uno el abrazo puede ser mal visto por este último al igual que acercarse a su rostro para besarlo ya que se encuentra indirectamente privado de su libertad de huir o, queun perro atado puede estar estresado y por lo tanto, no muy inclinado a los arrebatos de amor

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